Catalina Ruiz Incopa de Guevara
Donatelo 309, San Borja
Teléfono es 476-9229

Problemas:

  • Dolor de espalda
  • Infartos
  • Gastritis
  • Depresión
"Soy Licenciada en Nutrición y tengo 73 años.
Mi hijo es Dentista y por ello, tenía muchos dolores en la espalda; él había pasado por aquí, se quedó por la ventana y con el humo Agnihotra de ahí quedó como que le habían hecho un tratamiento. Así es que me dijo anda, por que a mí me habían dado 2 infartos, estaba mareada y mi rostro era abatido.

El primer día que vine, sentí que el humo era para mí, me regalaron la ceniza de Agnihotra y cuando bajé por el ascensor, me dije "Ay, yo quiero abrazar a alguien, tengo que hacer algo", sentía que un tremendo amor me salía del pecho. Siendo tarde, llego a una librería del costado para sacar fotocopias del folleto Homa que me dieron. Me acordé de todas mis amigas y resulta que la tienda estaban cerrando, me metí, como estaba desbalanceada, no podía caminar sola, mi hija me agarró, me agaché y me metí, yo no sé cómo, por que yo no me podía agachar. Pedí las 40 copias.

Con los infartos estuve 7 meses en la clínica Americana; me han hecho de todo, incluyendo la cámara hiperbárica que fue lo último, luego de tomografías, encefalogramas, radiografías y no podía mejorar.
Yo soy diabética y me dio gastritis, entonces, los remedios para la gastritis, los remedios para tener estabilidad, no podía moverme, la cabeza me pesaba como si tuviera fierros. Estoy muy recuperada, tomo la cenicita de Agnihotra y yo soy muy coqueta.
Tengo 73 años, mi presión normal es 12.7 y para mi edad, todo el mundo me dice que tengo presión baja, pero un día quiero levantarme y no puedo, siento que se me volteaban y temblaban los ojos. Entonces llamaron de emergencia a una ambulancia y les dijo, "mi mamá es anciana, es diabética y no sé que le está pasando que los ojos le dan vuelta". Llegó la ambulancia y decían "tiene 17 de presión, entonces está haciendo un infarto". Cuando llegamos a la Clínica Americana, me pusieron oxígeno y me hicieron las pruebas, me hicieron tomografías, encefalogramas, electrocardiogramas, radiografías, análisis y me examinaron los oídos, por que los diabéticos tenemos las membranas débiles, pero felizmente los tímpanos estaban bien. El problema fue que un tubo capilar se había obstruido, entonces el ojo izquierdo se me cayó y el labio también, no podía moverlo bien. Después de con lo que me han atendido, he vuelto nuevamente a ser otra. Después de 10 días, me volvió a dar un infarto en mi casa, ya no con 17 de presión, si no con 22. Cuando llamaron a la ambulancia y me decían "¿cómo te llamas?", yo no podía hablar, "levante su mano, su pie" y dijeron "paraplejia" por la diabetes. Dijeron que había que sedarme, que estaba con depresión, que me había impresionado por verme con la cara torcida. El psiquiatra me dio un medicamento para problemas neurológicos y donazepan para dormir cuando sintiera alguna cosa; me sedaban. Cuando yo he venido aquí a las sesiones con la Terapia Homa, yo no podía levantar la cabeza ni voltearla, como si fuera un robot, aunque estaba mucho mejor. Mi semblante era como de mujer enferma y mi ojo perdido por que no podía dominarlo. Lo primero que sentí aquí fue ese amor, al día siguiente me fui a repartir las copias de los folletos Homa. Después de tres veces de participar en la Terapia Homa, yo solita estaba caminando y después de como 7 veces de haber venido, ya podía voltear la cabeza y mirar para todos lados.

Mi esposo ha sido cardiólogo y con motivo de la muerte de un nietesito y la muerte del papá al siguiente año, quedó abatido. Estaba sumido en una depresión tremenda, aún siendo médico, y yo le dije para venir y él dijo "no, yo no puedo creer en esas cosas, yo no voy". Entonces calladamente nos confabulamos con la empleada y cuando toma su avena quaquer bien espeso con bastante fruta dos veces al día, le echamos ceniza de Agnihotra. Pero hay algo que le ha pasado, él nos llama y nos dice "¿a qué hora se van a la sanación?, ¿por qué no van?" Por que hay días en que no puedo ir, como soy coqueta, a veces tengo compromisos. Parece que la ceniza lo hace amoroso, dice "A mí me gusta que tú vayas". Entonces está haciendo efecto. Él fue un eminente cardiólogo, fue Sub Director del Hospital Militar y el primero que hizo el Instituto de Cardiología en el Perú de emergencias cardíacas en el Hospital Militar. Ahora mi esposo esta muy bien y participa en la Terapia Homa."